Mi corazón se alegra en el Señor; en él radica mi poder. -1Samuel 2:1 (a)
Esta es la introducción de la oración que hizo Ana en el templo, en agradecimiento
a Dios por haberle concedido tener un hijo, siendo ella estéril. Mientras leía el capítulo 1 y meditaba en la narrativa de la historia, podía percibir cuánto Ana
sufría en su situación. Pero aún así, cada año ella iba al templo y oraba con fervor.
Hubo una noche que fue diferente. Ella derramó en silencio su corazón delante de
Dios como nunca antes y prometió dedicar su hijo a Dios si le era concedido el
milagro de ser madre. El sacerdote Elí, se acercó a ella, pensando que estaba ebria,
al no escucharla mencionar una palabra. Al ella responderle que solo clamaba a Dios, el la bendijo y la despidió. En el versículo 18, dice que ella se despidió y que desde entonces, su semblante cambió. ¡Ana creyó, confió y esperó en Dios!
¡Un año después, Ana dio a luz su bebé! Cuando Ana regresa con su hijo al templo, así comenzó su oración: “Mi corazón se alegra en el Señor; en él radica mi poder”. Su corazón estaba desbordado de gozo, al ver contestada su petición. Ana creyó, mientras esperó. Su semblante cambió. Ya no había tristeza. Había paz y gozo en su corazón, mientras esperaba en Dios.
Muchas veces mientras estamos en la espera de la respuesta de Dios, nuestra angustia nos consume día a día y no podemos ver las bendiciones de las que podemos disfrutar a nuestro alrededor. No es fácil, yo también he estado ahí. Pero
he descubierto que si espero en paz, agradeciendo las bendiciones que tengo a mi
alrededor y con el gozo de Dios en mi corazón, el proceso no será igual. En Él siento paz, nuevas fuerzas y el regocijo de una nueva esperanza. ¡Ten fe, espera y
confía en Sus promesas!
Te animo a que medites en lo siguiente: ¿Cómo puedo hallar el gozo que necesita
mi corazón en medio de mi situación?
No olvides que eres un hermoso tesoro de valor incalculable. Si tienes algún comentario o petición de oración, por favor deja un mensaje y con mucho gusto
estaré respondiendo el mismo. Gracias por acompañarme en Un Café Entre Princesas.
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¡Dios te bendiga! Hasta la próxima,
Vilmary
Amén, gloria a Dios.
“Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová. Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la mentira. Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enumerados. Sacrificio y ofrenda no te agrada;…