¿Cuándo fue la última vez que tuviste una buena conversación con tu mejor amigo? Hablar con Dios está tan solo a un susurro de distancia. Toma un tiempo especial, para tomar un café con él. Háblale, como si fuera una conversación con tu mejor amigo. No dejes pasar un día sin una cita con tu Creador. Te comparto la siguiente reflexión que escribí.
Gracias por tu tiempo...
Un día mientras caminaba por la calle, me encontré con un hombre que jamás había visto. Me detuvo en mi apresurado andar, me invitó a compartir un rato y a conversar. Aunque su apariencia era algo diferente, accedí, pues algo dentro de mí decía que este encuentro era algo más que una simple casualidad.
Luego de contarle mi atareada rutina diaria y los mil y un compromisos que me acaparan cada minuto de mi vida; aquel hombre me dijo: “Comprendo tu vida tan ágil, de aquí y de allá pensando el tiempo que demorarás. Pero creo que es hora de detenerte un momento y pensar si has dialogado con tu mejor amigo.
Toma unos breves instantes y pasa un buen rato junto a Él. Ofrece un gesto de gratitud a quien siempre te extiende su mano; quien nunca te ha abandonado. Dale gracias por ser tu guía en el sendero de la vida. Recuerda que en tus alegrías, él también es tu compañía. En las tristezas y tropiezos es él quien te levanta a cada momento. No olvides que en la tempestad o la soledad, él nunca se alejará. Agradécele que en cada experiencia, sea tu compañero de excelencia.
Haz un alto en el tiempo. Él solo quiere formar parte de todo aquello que envuelve tus días. Como tu mejor amigo, él no te olvida y te agradece la oportunidad de conocer tu vida. Antes de retirarme, recuerda que él derrama su bendición en
tu corazón”. “Mi padre, nuestro Señor, nunca te olvida”.
Aquel hombre se retiró con una sonrisa, diciendo: “Hasta luego y gracias por dedicarme un ratito de tu tiempo. Me llamo Jesús y estaré para tí en todo momento”.
Por: Vilmary Cordero
Autora: Vasija En Formación: Sanada, restaurada y levantada en el Taller del Maestro
Y hablaba el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, su joven asistente, nunca se apartaba de la Tienda de reunión. -Éxodo 33:11
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¡Dios te bendiga! Hasta la próxima,
Vilmary
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